3.12.07

Posiblemente nos cruzaremos de nuevo en algún camino virtual.
Este blog termina aquí pero seguro volverán a leer en sus bitácoras algún comentario de la excéntrica firma "blueberrie".
El miércoles comienzo mis vacas; me espera el mar, kilómetros de azul ...
Antes de retornar a casa los abrazo fuerte y me permito apostar por el reencuentro.
¡Hasta el próximo post!

20.11.07

"De un día al otro el viento empezó su trabajo y lentamente inicié
aquella larga caminata en pos del alivio que nos regala el
semiolvido porque nunca olvidamos realmente sólo acomodamos
nuestra memoria para seguir con vida. No nos enseñan a resistir.
Lo que hacemos es sobrevivir sobre un piso movedizo."

(Rosa Alcayaga)


Sabiendo que el camino repite la huella.

23.10.07

Reconozco algo mío entre este decorado que me es ajeno.
Aún no me las arreglo para ingresar por una de las ventanas pero era tal mi urgencia en llegar que bien lo habría intentado para que nadie aquí dentro tomase nota de mi presencia.
Refugiarme donde el aire huele a mi perfume evitando cruzar palabra. Lanzar los zapatos y entrar a la ducha con la ropa puesta. Eso habría querido.
No poner música y apenas contentarme con el sonido del agua regando mi cuerpo.

Ya inicié suficientes historias con finales inconclusos.
Omitir las despedidas se me ha hecho costumbre. Quizá, podría ser, probablemente sean mis frases de cabecera.
Siento cargar un peso de siglos encima paseando por sitios diversos sin definir mis verdaderos intereses.
Y es que a veces todo y nada me importan un bledo.
Insisto, de una misma no hay cura.

Este miedo no me paraliza ni me apetece ya lanzar todo por la borda como lo he hecho tantas veces. (Otra de mis costumbres.)
Si tuviera a mano una mínima certeza al menos por hoy la abrazaría.

Bah, seguro mañana cambio mi discurso.
Adelantar la noche es tan simple como bajar la cortina.

2.10.07

En tan solo una semana han irrumpido en mi vida cambios imprevistos, como si las decisiones me tomaran; ellas decidiendo por mi.
Me presento ante cada mañana como una extraña: soy la que conserva su casa en Montevideo, la que se desespera porque acá le falta su rambla; el mismo río se ve distinto y esta ciudad lo ignora, vive dandole la espalda. Me siento cómoda con la gente de Buenos Aires, su aire optimista, su accesibilidad proverbial y los días me duran segundos. El domingo cruzamos a Uruguay, estuvimos en un resort cerca de Carmelo, uno de mis sitios favoritos.
Los ojos se me iban más allá, hacia Montevideo, donde el Río de La Plata se viste color mar; moría por estar en Malvín mientras paseábamos por el club de yates de Colonia. El ritual del mar nos es común, vital, a todos los que provenimos de aquella península y poco comprensible para quienes ven transcurrir sus días atrapados entre puro cemento.
No he planeado cuánto tiempo permaneceré acá, tengo casi tanta actividad como antes y nos entusiasma esta nueva etapa. Seguimos hablando en "nosotros", planificando poco y nada nuestro futuro y dejando que ciertos acontecimientos nos tomen por sorpresa.
Nuestra complicidad ha ganado puntos y la independencia de cada uno también.
Hace bastante que no posteaba y comenzaba a extrañar la blogósfera; en lo posible hoy intentaré responder todos los comentarios.
MIL BESOS!!
(Viv.)

12.9.07


Las palabras huyeron de mi tras el remolino húmedo, colándose por la ventana.
Hoy no las necesito para entender al viento.
Respiro.

4.9.07

"Me gusta la costumbre japonesa de enrollarlo todo y guardarlo en armarios. Pero yo prescindiría hasta de los armarios, porque es una hipocresía...Todo en tu armario debería tener fecha de caducidad al igual que la leche, el pan, las revistas y los periódicos; y una vez superada la fecha de caducidad, deberías tirarlo... es algo menos en qué pensar: te sacas otra carga de la mente." (Andy Warhol)
Nuestra casa, todo lo que hemos puesto en ella, es también memoria. Cada objeto está cargado de algún significado para su propietario, hasta el punto que podemos reconocernos en él. Cada cosa que hemos atesorado es una esquirla de nuestra historia dispersa, habla de nuestra identidad y de nuestro sentido de pertenencia a un lugar geográfico, a una cultura determinada, a una manera de ver y pensar la vida.
Ultimamente me pasa que me desprendo de las cosas con una facilidad que deja perplejos a quienes me ven hacerlo, a tal punto que la mamá de una amiga, al enterarse de ello se preocupó y le dijo que esa es una actitud típica de quienes desean abandonar la vida -entiéndase: suicidarse-... Me preguntan si tengo planeado irme tan lejos que no quiero llevar conmigo incluso cosas que yo misma he creado y deberían tener para mi un significado invalorable...
Nada de eso; simplemente no me interesa acumularlos; ya no siento aquel afán posesivo que en cierto punto me hacía depender de esos objetos y asignarles un valor afectivo que ya no tienen.
Guardaba ciertas cosas sin pretensiones de coleccionista pero atribuyéndoles un sentido que llenaba, se me ocurre, algún punto vacío en mi existencia. Quizá estoy chiflada pero siento que me estoy liberando de algo que no se en realidad qué es y quizá no se trate de algo tangible, material... Debería consultárselo a una psicóloga)

29.8.07

Mitad de semana, el loqueo del mes que termina; voy y voy de un lado a otro, midiendo cada minuto, gastando el imprescindible; guardando para mi disfrute el excedente de momentitos que pueden asegurarme algo de placer. (Y el poco tiempo que para ello dispongo es lo que los hace más disfrutables)
Jornda de nunca acabar, pero, ¿de qué me quejo? Así lo elegí; en el fondo disfruto de todo esto, aunque a vaces me siento esclavizada y me vienen ganas de mudarme a otro planeta. En otro lugar, sería la misma persona, siempre dispuesta a ocupar mi tiempo haciendo algo que me libere de ser, que me distraiga de pensar si esto vale o no la pena, algo que me permita evadirme de todo aquello que realmente me resulta insoportable.
En otra ciudad, donde fuere, ¿qué podríamos hacer o dejar de hacer para curarnos de nosotros mismos?